Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Castellio contra Calvino

 


No fueron Locke o Hume los primeros en proclamar la idea de tolerancia en Europa, sino Sebastián Castellio, el hombre valiente que se enfrentó a la teocracia de Calvino en una Ginebra dictatorial y sanguinaria, que censuraba y prohibía todo lo bello y floreciente de la vida y lo encerraba en una moral puritana asfixiante con guardianes de las costumbres. "El Dios de Calvino no quiere ser festejado, tampoco amado, sino tan sólo temido."

En un siglo XVI dominado por las tensiones religiosas, sociales y políticas, el teólogo reformado francés Juan Calvino (que, gracias al fanático predicador Farel, lideró la Reforma en Ginebra y convirtió la ciudad en una "férrea maquinaria de obediencia capaz de exterminar cualquier iniciativa, de impedir cualquier libertad de pensamiento") condenó a la hoguera al teólogo y científico español Miguel Servet por sus ideas heréticas (pues rechazó la Santa Trinidad). 

Este asesinato en la plaza pública, en 1553, provocó que el humanista francés Sebastián Castellio denunciara a Calvino por intolerancia religiosa (sin necesidad de apoyar las tesis de Servet). 

En sus escritos, Castellio argumentó contra las doctrinas estrictas de Calvino y abogó por una interpretación más humanista y tolerante del cristianismo, sentando las bases para futuras discusiones sobre la libertad religiosa y los derechos humanos.

En esta obra, Stefan Zweig tiene la habilidad de trascender el hecho histórico del conflicto ideológico entre Castellio y Calvino tras la muerte de Servet para escribir un alegato en defensa de la libertad de conciencia frente a la violencia ejercida desde el poder "ante todos esos Savonarolas, John Know y Calvinos que quieren destruir la belleza que hay en el mundo y convertir la Tierra en un seminario de moralidad."

De acuerdo con el autor, Castellio fue "un rayo iluminador en medio de la noche oscura de aquel siglo", una conciencia que se alza contra la violencia. Su muerte repentina, en 1563, le salvó del proceso y del ataque asesino de sus enemigos. El féretro es llevado a hombros por sus estudiantes hasta la catedral. Y sus textos no se recuperan hasta 1603 gracias a los protestantes liberales.

Las ideas de Castellio y Calvino conviven casi fraternalmente en Holanda, Inglaterra y EEUU. Y en la Paz de Utrecht (1715), la idea de la tolerancia se convierte en manifestación de la política de Estado. 


"Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre." (Sebastián Castellio, 1551).


"Buscar y decir la verdad, tal y como se piensa, no puede ser nunca un delito. A nadie se le debe obligar a creer. La conciencia es libre." (Sebastián Castellio, 1551).


Una tiranía dogmática surgida de un movimiento en pro de la libertad es siempre más dura y más severa respecto a la idea de libertad que cualquier poder hereditario.


Sólo con su ciudadano más independiente, con Jean-Jacques Rousseau, Ginebra se liberará por completo de Calvino [...] (en la) cuestión de si las "bellas artes" suponían un progreso o la perdición de la humanidad.


...con cada hombre nace una nueva conciencia y siempre habrá alguien que recordará la obligación espiritual de retomar la vieja lucha por los inalienables derechos del humanismo y de la tolerancia. Siempre habrá algún Castellio que se lance contra cualquier Calvino, defendiendo la independencia soberana de la opinión frente a toda violencia ejercida sobre el poder.


Stefan Zweig, Castellio contra Calvino, 1936


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