Safo era la décima musa, según Platón. Ella elaboró una poesía hedonista que el papa Gregorio VII se encargó de destruir en el siglo XI. Por suerte, se conservaron algunos poemas.
En sus versos, la pasión está al servicio de un elevado ideal, como un impulso hacia el bien y la belleza. El amor sincero y pasional entre las mujeres está abocado al dolor, pues nada contra la corriente en la sociedad patriarcal.
En unos tiempos en que se identificaba lo bello con la guerra, ella opinaba que lo más hermoso del mundo era la mujer amada.
Deseo morir, sinceramente.
Ella me ha abandonado derramando
un arroyo de lágrimas. Y me dijo:
“¡Ay de mí! ¡Cuán terribles penas nos asolan!
Safo, con el alma lo digo, te abandono muy a mi pesar”.
Y yo le respondí:
“Parte contenta y acuérdate de mí
pues sabes cómo te he mimado (…) y no olvides
cuánto de bueno y de bello hemos pasado juntas.
Safo de Lesbos, siglo VI a.C.
Comentarios