Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Línea de fuego

 


Después de aventurarme a publicar las Memorias del aviador republicano Julio Bacarizo me quedé con las ganas de escribir las memorias de mi otro abuelo, el soldado Manolo Tosar. Lamentablemente, ya nunca podré hacerlo.

Por suerte, Arturo Pérez-Reverte, que es un maestro de narrar hazañas bélicas (y sobre todo marítimas), nos regala a los lectores una novela sobre aquellos soldados, como mi abuelo Manolo, que se arrastraron por el fango del Ebro en aquel verano y otoño de 1938.

El escritor presenta a un grupo variado de personajes que viven aquellos sucesos históricos, en un bando y en el otro, desde su punto de vista particular. En este caso, son: Ginés Gorguel, el soldado nacional obligado a luchar; Saturiano Bescós, enrolado en la Falange de Aragón; el dinamitero Julián Panizo; el alférez Santiago Pardeiro; el miliciano Emilio Gamboa; el moro Selimán al-Barudi; los corresponsales extranjeros Vivian Szerman y Philip Tabb; e incluso Oriol les Forques y los requetés catalanes del tercio de Montserrat, entre otros.

Línea de fuego es una novela bélica que destaca por los minuciosos detalles (el barboquejo del casco de acero, el subfusil Beretta 18/30 colgado a la espalda, granadas colgadas en los correajes...) que muestran una gran documentación histórica y por crear, gracias a la experiencia personal del autor como reportero de guerra, una atmósfera que te lleva a sufrir las balas que zumban en ese pueblo ficticio del Ebro.


-Es lo malo de estas guerras -va diciendo Olmos, a su espalda-. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tú...


Algo más adelante se cruzan con tres mujeres enlutadas que cargan haces de leña, y que al verlos se paran a un lado, indecisas entre levantar el puño o el brazo.


...no hay nada bello ni romántico en un soldado muerto. Eso queda para las pinturas de los museos, los versos de los poetas y la demagogia de los políticos. La realidad inmediata sólo es carne muerta, carroña pudriéndose al sol.


...en Teruel, vi a un niño de doce años que después de perder a su familia en un bombardeo cruzó las líneas caminando diez kilómetros bajo la nieve, con su hermanito de tres años cargado en la espalda... Cuando lo encontramos, el hermano había muerto de congelación; pero el chiquillo seguía caminando con él encima, intentando llegar a alguna parte. [...]¿Y sabes lo que no puedo olvidar? Las lágrimas del hermanito muerto, heladas en su cara.


-A un reportero nunca lo asesinan en una guerra. Muere, eso es todo. Lo matan trabajando... Simple accidente laboral.


Los que tenemos enfrente son fascistas, pero también españoles; y eso les convierte en duros de pelar. Si nosotros somos la mejor infantería del mundo, ellos son la segunda.


Arturo Pérez-ReverteLínea de fuego, 2020

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