Después de leer por tercera vez toda la trilogía de El señor de los anillos me he aventurado a la lectura lenta (porque este autor reclama una lectura lenta) de sus apéndices. Y quiero decir que me han parecido una delicia literaria del nivel de El Silmarillion.
No descubro nada si digo que es dificil leer a J.R.R. Tolkien. El profesor de Oxford es un genio que nos presenta una serie de obras enmarcadas en un mundo fantástico insuperable, inspirado en mitología escandinava y literatura medieval. Pero la llave de entrada a ese mundo, a la Tierra Media, exige mucha paciencia y un estudio riguroso. No es, desde luego, una lectura para todos los públicos.
De todos los apéndices recomiendo mucho los dos primeros: el A y el B.
El apéndice A recoge unos anales de los reyes númenóreanos (que deseaban la inmortalidad de los Eldar), de la casa de Eorl (que trata de Rohan y los descendientes de Éotheód) y del pueblo de Durin (que fue asesinado por un Balrog de Morgoth porque los enanos habían cavado demasiado hondo en busca del mithril, un metal maravilloso).
Se narra el esplendor y la caída de Númenor (tragado por el mar) porque Sauron, como la serpiente del paraíso bíblico, engañó a los reyes que se creyeron que se apoderarían de las Tierras Imperecederas y serían eternos como los elfos y superarían a los Valar. Serían como dioses. De hecho, toda la obra del autor se desarrollo entorno al problema de la muerte. Con el hundimiento, Sauron perdió su forma corpórea y "huyó a la Tierra Media como un espíritu de odio transportado por un viento de odio". Luego nos presenta a Elendil y sus dos hijos, Isildur y Anárion, y los reyes que hubo en Gondor.
...(en Gondor) ya habían aparecido signos de decadencia; porque los altos hombres del Sur se casaban tarde y sus hijos eran escasos. (ap. A)
El apéndice B trata sobre los acontecimientos más relevantes de la Segunda a la Cuarta Edad, sobre todo aquellos relacionados con la guerra del anillo. Empieza así:
La Primera Edad terminó con la Gran Batalla, en la que el ejército de Valinor derribó Thangorodrim y venció a Morgoth. Entonces la mayor parte de los Noldor regresó al Lejano Occidente y vivió en Eressëa, a la vista de Valinor; y muchos de los Sindar también se hicieron a la mar.
La Segunda Edad terminó con la primera derrota de Sauron, servidor de Morgoth, y la apropiación del Anillo Único.
La Tercera Edad llegó a su fin con la Guerra del Anillo; pero se considera que la Cuarta Edad no empezó hasta la partida del Señor Elrond, y la llegada del tiempo del dominio de los Hombres y la declinación de todos los demás "pueblos hablantes" en la Tierra Media.
En la Cuarta Edad las edades anteriores se llamaron a menudo los Días Antiguos; pero ese nombre correspondía en rigor a los días que precedieron al destierro de Morgoth.
J.R.R. Tolkien, Apéndices de El Señor de los Anillos, 1955
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