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El protagonista, Charlie Friend, adquiere un androide llamado Adam, diseñado con inteligencia artificial avanzada, pues tiene la capacidad de experimentar emociones simuladas.
La trama se centra en las complejidades éticas que surgen cuando los límites entre la inteligencia artificial y la humanidad se desdibujan. La relación entre Charlie, Miranda y Adam se convierte en el epicentro de dilemas éticos.
Creo que la pregunta no es tanto qué es una infidelidad consumada (incluso con una máquina), sino, en el sexo, qué nos hace humanos.
Era un anhelo religioso dotado de esperanza, era el santo grial de la ciencia. Nuestras ambiciones eran extremas: convertir en realidad un mito de la creación, llevar a cabo un acto de amor propio monstruoso.
Ian McEwan, Máquinas como yo, 2019
Era un anhelo religioso dotado de esperanza, era el santo grial de la ciencia. Nuestras ambiciones eran extremas: convertir en realidad un mito de la creación, llevar a cabo un acto de amor propio monstruoso.
Ian McEwan, Máquinas como yo, 2019
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