El poeta Ramón Oteo se atreve, en El perfume del vaso, a abrazar las palabras y celebrar, en apenas cuatro versos, los momentos felices:
MOMENTOS FELICES
Y la vida se queda reducida de pronto
a una suma de instantes de impensada belleza,
de momentos fugaces sorprendidos al vuelo,
sin anécdota apenas, sin contorno preciso.
Ramón Oteo, El perfume del vaso, 1997
MOMENTOS FELICES
Y la vida se queda reducida de pronto
a una suma de instantes de impensada belleza,
de momentos fugaces sorprendidos al vuelo,
sin anécdota apenas, sin contorno preciso.
Ramón Oteo, El perfume del vaso, 1997
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