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Muchos no han leído a Freire, o lo han leído mal con el filtro de las traducciones anglosajonas, que lo perturban. Por ejemplo, su célebre obra La pedagogía del oprimido señala, en el tercer capítulo (que, a mi juicio, es el mejor) la dialéctica entendida como diálogo de amor al mundo y a la persona.
Pero algunos pedagogos norteamericanos, bebidos de Teoría Crítica, lo interpretan de otro modo, y no entran en la parte más humana, más personalista, más espiritual, del maestro brasileño.
La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquel (...) El lenguaje y la realidad se vinculan dinámicamente. (...) La comprensión crítica del texto implica la percepción de la relación entre el texto y el contexto.
Paulo Freire, La importancia de leer y el proceso de liberación, 1984
La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquel (...) El lenguaje y la realidad se vinculan dinámicamente. (...) La comprensión crítica del texto implica la percepción de la relación entre el texto y el contexto.
Paulo Freire, La importancia de leer y el proceso de liberación, 1984
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