El primer relato de este libro de la escritora canadiense Munro se titula Llegar a Japón, y narra el largo viaje en tren por Canadá de una mujer llamada Greta y su hija pequeña, Katy. El infeliz marido, Peter, se queda en el andén. A mitad de trayecto, por las grandes llanuras, ella decide tener una aventura con un joven que acaba de conocer, en uno de los vagones de literas. En ese momento salvaje de búsqueda de libertad, la pequeña Katy, sin ninguna responsabilidad, sale sola al pasillo del tren y se pierde. Esa noche, mientras Katy dormía a su lado en la litera, Greta le escribió una carta a Peter. Una larga carta que pretendía ser graciosa, sobre las distintas clases de personas que podía encontrarse a bordo de un tren. El hecho de que casi todo el mundo prefiriera mirar a través de una cámara, en lugar de ver el paisaje de verdad, y cosas por el estilo. El compartamiento de Katy, bueno en general. Nada de que se había perdido, por supuesto, ni del susto. Mandó ña carta cuando las llanuras quedaban ya lejos y los abetos negros se sucedían eternamente, durante una parada que por alguna razon hicieron en el pequeño pueblo perdido de Hornepayne.
Alice Munro, Dear life, 2012
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