Deseamos lo que no tenemos, sobre todo en "la edad de la ignorancia", que es la juventud, por ese anhelo de libertad pura, por el placer arriesgado de vivir experiencias, y por el deseo de infinito de llegar a la cima.
El escritor checo-francés, Milan Kundera narra la odisea de dos checoslovacos, Josef e Irene, que regresan el exilio por la caída del comunismo en el este de Europa.
En otra novela, La broma, señala la capacidad de la risa para deslegitimar el poder, y por eso inquieta tanto y es castigada en las dictaduras.
Cuanto mayor es el tiempo que hemos dejado atrás, más irresistible es la voz que nos incita al regreso. Esta sentencia parece un lugar común, sin embargo es falsa. El ser humano envejece, el final se acerca, cada instante pasa a ser siempre más apreciado y ya no queda tiempo que perder con recuerdos. Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia: ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud, cuando el volumen de la vida es todavía insignificante.
Milan Kundera, La ignorancia, 2000
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