Jérôme Palissier es un adolescente que veranea en
la casa de campo de su tío, en Fongueusemare, Normandía. Allí se enamora de Alissa, una prima hermosa, que al principio le corresponde. Sin embargo, ella es una moralista que cree que el alma de Jérôme corre peligro de salvarse por buscar el placer y la felicidad. Y decide renunciar a ese amor apasionado por el riguroso y calculado ascetismo espiritual.
En esta novela íntima, el escritor parisino André Gide (Nobel de Literatura en 1947) denuncia el fanatismo de la religión encorsetada como una moral austera y puritana, que niega la felicidad en un mundo descrito como "valle de lágrimas". (La Iglesia Católica incluyó sus obras en el "Índice de los libros prohibidos".)
El problema de la joven Alissa es renunciar a la belleza de la vida, es decir, querer "eclipsarse ante Dios" al reducir la fe a una posición moral, para sufrir y ganarse el Cielo. Ella "se arranca las alas" y no es libre, porque no ha entendido el mensaje evangélico, que contempla la fe como un ideal de vida capaz de saciar la sed de infinito, de gozo y de amor verdadero. Una fe que no es un conjunto de normas sino un acontecimiento, un regalo que nadie se merece, un escándalo.
-(...) Se condieran insignificantes y saben que su único valor reside en eclipsarse ante Dios.
-¡Alissa! -exclamé- ¿Por qué te arrancas las alas?
André Gide, La puerta estrecha, 1909
En esta novela íntima, el escritor parisino André Gide (Nobel de Literatura en 1947) denuncia el fanatismo de la religión encorsetada como una moral austera y puritana, que niega la felicidad en un mundo descrito como "valle de lágrimas". (La Iglesia Católica incluyó sus obras en el "Índice de los libros prohibidos".)
El problema de la joven Alissa es renunciar a la belleza de la vida, es decir, querer "eclipsarse ante Dios" al reducir la fe a una posición moral, para sufrir y ganarse el Cielo. Ella "se arranca las alas" y no es libre, porque no ha entendido el mensaje evangélico, que contempla la fe como un ideal de vida capaz de saciar la sed de infinito, de gozo y de amor verdadero. Una fe que no es un conjunto de normas sino un acontecimiento, un regalo que nadie se merece, un escándalo.
-(...) Se condieran insignificantes y saben que su único valor reside en eclipsarse ante Dios.
-¡Alissa! -exclamé- ¿Por qué te arrancas las alas?
André Gide, La puerta estrecha, 1909
Comentarios
En Francia son muy cantamañanas, después de Montaigne muy poco ha habido, demasiado tremendismo, víscera, pastelería a toneladas y declamación. Viva don Pío Baroja !! y Clarín !! La Bovary se lleva la fama y La Regenta le da un millón de vueltas. Stendhal salva el pabellón. Ahí sí k hay verdad.
Saludos.
MONTAIGNE, CHÉJOV, MANN, PESSOA, PLA.
un abrazo desde Cabo Formentor.
No se puede comparar a ese autor taciturno y gris con el gran Montaigne, cima de la literatura francesa. Stendhal, Baudelaire y Victor Hugo son otros grandes.
Pero cada día soy más de poesía, ensayo, diarios, memorias... etc etc
Un abrazo.