"Del holocausto no se puede hablar en tiempo pasado" dijo el escritor húngaro Imre Kerstész en diciembre de 2002, al recibir el premio Nobel de Literatura.
Un adolescente judío narra su experiencia brutal en los campos de concentración nazis Auschwitz y Buchenwald. Después de soportar tanto sufrimiento, empieza a reflexionar sobre la tensión filosófica de la libertad y el destino humano.
Un adolescente judío narra su experiencia brutal en los campos de concentración nazis Auschwitz y Buchenwald. Después de soportar tanto sufrimiento, empieza a reflexionar sobre la tensión filosófica de la libertad y el destino humano.
El dolor de la deportación no le impide apreciar la belleza del paisaje que rodea Buchenwald. Si resulta posible hallar belleza en un lugar así, luchar contra la propia insatisfacción parece mucho más asequible.
Es en la etapa de la adolecencia cuándo asentamos las bases de nuestro destino, ¿pero somos libres para decidir lo que haremos? El joven recuerda al director de su instituto, que reconoce como hombre culto, respetable y elegante, que sabe latín, y que cree en una enseñanza para la vida no sólo académica, sino sobre todo para la vida real.
Pero el estudiante judío se encuentra atrapado ante una realidad tan terrible que le lleva a preguntarse sobre el destino último del hombre. ¿Si existe la libertad entonces no puede existir el destino? ¿Somos nuestro destino?
Nuestra imaginación permanece libre incluso en condiciones de privación de libertad.
"Non scolae sed vitae discimus", es decir, no estudiamos para la escuela sino para la vida.
Imre Kertész, Sin destino, 1975
Es en la etapa de la adolecencia cuándo asentamos las bases de nuestro destino, ¿pero somos libres para decidir lo que haremos? El joven recuerda al director de su instituto, que reconoce como hombre culto, respetable y elegante, que sabe latín, y que cree en una enseñanza para la vida no sólo académica, sino sobre todo para la vida real.
Pero el estudiante judío se encuentra atrapado ante una realidad tan terrible que le lleva a preguntarse sobre el destino último del hombre. ¿Si existe la libertad entonces no puede existir el destino? ¿Somos nuestro destino?
Nuestra imaginación permanece libre incluso en condiciones de privación de libertad.
"Non scolae sed vitae discimus", es decir, no estudiamos para la escuela sino para la vida.
Imre Kertész, Sin destino, 1975
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