Poet's Abbey (Blog de lecturas)


El lobo de mar

La muerte de Dios en el pensamiento occidental despoja al ser humano de toda esclavitud moral, pero lo deja abandonado y desamparado en el mundo. Esa muerte, terrible, proclamada por el maestro de la sospecha, Nietzsche, a finales del siglo XIX lleva al siglo más sangriento de la Historia de la Humanidad bajo la tiranía del superhombre.

Apenas cuatro años después de la muerte del filósofo del martillo, el autor estadounidense Jack London escribe El lobo de mar, una novela de aventuras marítimas que explora temas como la supervivencia, la naturaleza humana y la lucha entre la civilización y la barbarie. 

Humphrey Van Weyden es un joven que naufraga y se encuentra a bordo de un barco comandado por el lobo de mar Larsen, que encarna la rudeza y la crueldad. 

El capitán Lobo Larsen es un hombre cuya vida está dedicada a la supervivencia en el mar y que desprecia las debilidades asociadas con la civilización. Aquí, en este barco como microcosmos, es donde se puede vincular la historia con las ideas de Nietzsche.

El superhombre es aquel que ha superado las limitaciones impuestas por la moral tradicional y las normas sociales, creando sus propios valores y buscando la autorrealización. Larsen, en "El lobo de mar", podría ser visto como una representación extrema de este ideal nietzscheano. Es un individuo que vive según sus propias reglas, sin ser constreñido por las normas sociales o morales convencionales.

Sin embargo, la representación de Larsen no es positiva, pues exhibe crueldad despiadada y falta de empatía. Esto sugiere una crítica sutil por parte de London hacia la noción nietzscheana del superhombre, cuestionando si la completa libertad del individuo, sin restricciones morales, conduce a la realización plena o a la barbarie.

Jack London ofrece una narrativa sobre la lucha por la supervivencia en el entorno marítimo, y aunque no se puede afirmar que la novela sea una crítica directa al concepto de superhombre de Nietzsche, ciertos elementos de la historia invitan a la reflexión sobre los límites de la libertad individual y la necesidad de una moralidad equilibrada.



¿Por qué no disparas? No te lo impide el miedo sino la impotencia. Tu moral es más fuerte que tú. Eres esclavo de las opiniones que has leído en los libros y sostienen las personas que te han educado. Desde que aprendiste a hablar, te han metido en la cabeza un código que te impide matar a un hombre indefenso. En cambio, sabes que yo mataría a un hombre desarmado con la misma tranquilidad con que fumo un cigarrillo. 


Jack London, El lobo de mar, 1904

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