No es lo mismo una persona que se rige por una moral que una persona moralista. De hecho, diría que están en las antípodas del pensamiento. ¿Qué diferencia hay, pues, entre moral y moralismo? Josef Pieper, filósofo alemán del siglo XX de tradición tomista, distingue ambos conceptos de manera que el segundo es una distorsión de la verdadera moralidad. Esto es:
1. Moral: Está arraigada en la realidad del ser. Se basa en la naturaleza del hombre y su orden hacia el bien. La moral no es una mera imposición externa, sino la respuesta adecuada a la verdad del ser humano y su destino final, que es el Bien.
2. Moralismo: Es una postura que separa el "ser" del "deber ser", es decir, que impone normas de manera rígida y arbitraria, sin tener en cuenta la realidad ontológica del ser humano. El moralismo impone un deber sin referencia al orden natural. Es un legalismo vacío que conduce a una ética superficial en lugar de una virtud auténtica.
En otras palabras, mientras que la moral está enraizada en la verdad del ser, el moralismo es una deformación que reduce la moral a normas externas sin conexión con la realidad del ser humano. Pieper critica este moralismo porque puede llevar al cinismo o la hipocresía, alejando a las personas de la verdadera vida ética.
¿Y cuáles son las virtudes fundamentales? Pieper no descubre la sopa de ajo: son las cuatro virtudes cardinales (la prudencia que guía el juicio correcto; la justicia que regula las relaciones humanas; la fortaleza que permite resistir el sufrimiento y perseverar en el bien; y la templanza que modera los deseos y facilita la armonía interior).
Por último, el autor critica cómo el lenguaje moral puede ser manipulado para imponer en la conciencia normas morales, es decir, reglas que no tienen verdadera conexión con la verdad del ser.
El hombre verdaderamente prudente no es aquel que calcula fríamente su propio beneficio, sino aquel cuya visión de la realidad está despejada de distorsiones y prejuicios, permitiéndole actuar conforme a la verdad.
Josef Pieper, Las virtudes fundamentales, 1959
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