El autor californiano Kem Nunn combina la descripción de la belleza del océano con la oscuridad de la condición humana, y muestra en este bildungsroman el desencanto, la soledad y el deseo de un joven como Ike. "No sólo estaba buscando a Ellen Tucker: se estaba buscando a sí mismo".
El mar, omnipresente, funciona como metáfora de lo incontrolable y lo desconocido: bello, pero capaz de engullir a quienes lo subestiman.
Entre los personajes que rodean a Ike destaca Preston, un surfista legendario atrapado entre la nostalgia por la gloria pasada y la desilusión presente. Cada personaje que Ike encuentra parece reflejar un conflicto interno: la tensión entre la búsqueda de libertad personal y la realidad cruda del entorno que habitan
¿Hasta qué punto las personas están dispuestas a llegar para descubrir la verdad? ¿Cómo las obsesiones pueden devorar la inocencia? Son preguntas que el lector debe responder en una obra que explora temas como la identidad, la pertenencia y la naturaleza efímera de la gloria.
Es una novela que interpela al lector a cuestionar qué se encuentra al otro lado del sueño californiano y qué precio tiene perseguir sombras del pasado.
Nunca hubiera imaginado que las olas se parecieran tanto a una montaña; eran montañas de agua en movimiento. Le fascinaron sus movimientos sobre aquellas paredes de agua, cómo subían y bajaban por ellas, adaptando sus cuerpos a la forma de la ola hasta interpretar junto al mar algo parecido a un baile. (cap. 3)
Kem Nunn, Tapping the Source, 1984
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