Poet's Abbey (Blog de lecturas)


La vida también se piensa

 


Es habitual que la gente se sorprenda cuando descubren que uno es escritor y profesor de filosofía. ¡Así que te dedicas a la filosofía! 

Con esta exclamación de sorpresa, tan típica en las sociedades mercado-técnicas que valoran las competencias en aras del conocimiento, comienza el breve y sincero itinerario filosófico de Miquel Seguró.

Ante esta forma de estar en el mundo y de relacionarse con él, el filósofo presenta con honestidad y claridad una serie de tópicos y sus contraargumentos, pues, en verdad, "quien filosofa asume que habita en el estado intermedio que se sitúa entre la ignorancia y el conocimiento" (p. 201). No se trata de ser un sabio, sino de amar la sabiduría que nos hace ser mejores personas y crear una sociedad más justa y libre.

¿La Filosofía es una paranoia? ¿La Filosofía no sirve para nada? ¿La Ciencia lo acabará explicando todo? A partir de unas preguntas sobre la naturaleza de la Filosofía, el autor señala la importancia de enseñar esta manera de estar en el mundo, de aprender a "pensar la vida", para acabar con el dogmatismo moralista e ideológico que lleva a la división, a la confrontación y a la violencia en un mundo mercado-técnico, bombardeado por imágenes, atrapado en una pantalla, anestesiado por políticos mediocres e hipócritas, que apaga el pensamiento reflexivo.



...a la filosofía la mata el dogmatismo: si nada es más humano que filosofar, nada hay más inhumano que monopolizar el pensamiento. Bienvenida sea, pues, el ansia por preguntar y el deseo de saber. (p. 207)


Miquel Seguró, La vida también se piensa, 2020

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