Jaume Cabré explora, con esta larga confesión, la fragilidad de la condición humana. En esta novela señala, a través de una narración que abarca diversas épocas, la importancia de las decisiones que toman los personajes, pues tienen un impacto inabarcable en sus vidas y en las vidas de los demás.
Las consecuencias de las elecciones morales, los secretos y las mentiras pueden hacer mucho daño. Por tanto, cabe preguntarse cómo podemos afrontar las consecuencias de nuestras acciones para tener paz interior, para sentirnos en verdad perdonados.
Es una novela sobre la memoria y la culpa, pero también sobre la redención y el perdón, que narra la vida mediocre de Adrià Ardèvol, un hombre cultísimo, que lee los clásicos e interpreta el violín, pero que vive roído por la culpa que "siempre ha estado solo". Su triste infancia es"una larga y aburridísima tarde de domingo". Su padre, don Fèlix, era un desgraciado que sólo miraba el éxito social y económico. Es el prototipo de hombre que no sabe amar, pues proyecta en sus hijos su idea de hombre. Y su madre, Carme, era otra desgraciada anulada por el marido.
El tema central de la novela es el "problema del mal" a través de los siglos, desde los inquisidores hasta los nazis, como un eco que resuena a lo largo de las páginas. "¿Por qué Dios permite el mal?".
Adrià se obsesiona con el violín. Su mejor amigo es también violinista, Bernat, que no se entiende con su mujer Tecla ni con su hijo Llorenç. Los personajes reflejan vidas mediocres y resentidas.
Jaume Cabré, Jo confesso, 2011
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