Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Una teoría de la democracia compleja

 



La democracia no se ve amenazada por la corrupción política o la ineficiencia, sino por la simplicidad. Los enemigos de la democracia no son unos golpistas que actúen con violencia, sino unos oportunistas que polarizan y logran atraer el máximo de atención. 

La práctica política a veces simplifica y empobrece nuestras democracias. El chivo expiatorio es un ejemplo de esta simplicidad, pues la designación de un culpable nos exonera "de la difícil tarea de construir una responsabilidad colectiva." Otro ejemplo es el conspiracionismo, que no es más que una "caricatura del pensamiento crítico".

La democracia es un proceso paradójico, que no nos permite hacer lo que queremos. Es un sistema complejo con unas pautas, estructuras y fenómenos que emergen a partir de las interacciones entre elementos. "Lo que interesa al análisis de la complejidad es cómo se propaga el cambio a través de los comportamientos interconectados". Lo complejo no es el sistema sino la variedad de posibilidades de reacción de sus elementos. 

Uno de los desafíos de la democracia, para hacerla más compleja y por tanto más auténtica, es la educación para el futuro. Resulta necesario partir de experiencias pasadas, del estudio de la tradición con sentido histórico (no moralista), para examinar el presente con rigor y educar en un futuro inminente, que depende de nosotros y que es complejo.


Aunque suene paradójico, no hay otro sistema que el indirecto y representativo a la hora de proteger la democracia frente a la ciudadanía, contra su inmadurez, debilidad, incertidumbre e impaciencia. 


Los sistemas complejos se caracterizan precisamente porque no pueden controlar al mismo tiempo y de la misma manera todas las variables que intervienen en él. Cuanto más complejo es un sistema, a más contingencias está referido, más interacciones inesperadas pueden hacer aparición frente a las que no está en condiciones de asegurarse plenamente.


Únicamente hay democracia cuando los gobernados obedecen a leyes de las que, con todas las mediaciones institucionales de una sociedad compleja, son autores.


El mejor modo de examinar la legitimidad de nuestros procedimientos es ponerse siempre en el punto de vista de las minorías, como si estuviéramos o pudiéramos estar en esa posición.

Daniel Innerarity, Una teoría de la democracia compleja, 2020


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