Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Yo, Claudio

 



¿Puede un hombre despreciado y humillado por todos convertise en un gran líder? Esta es quizá la pregunta que plantea, de algún modo, una de las novelas históricas más celebradas del siglo pasado, Yo, Claudio de Robert Graves, el autor de Adiós a todo eso. El escritor británico se basó en las obras clásicas de Tácito, Plutarco y Suetonio. 

Narra la historia de los tres primeros emperadores de Roma (Octavio Augusto y su relación con la astuta Livia; Tiberio y su soberbia; y Calígula y su locura) desde el punto de vista de Claudio, el cuarto emperador que sucedió, casi de milagro, a su sobrino Calígula. Porque cuando fueron a matar al tirano y a toda su familia perdonaron la vida de este hombre pensando que, al ser tartamudo y cojo y de mentalidad republicana, era un idiota inofensivo.

Sin embargo, ironías del destino, aquel hombre despreciado por todos se convirtió en uno de los mejores gobernantes de la antigua Roma. 


-...¿Quieres vivir una larga vida de trabajo, con honores al final de la misma?

-Sí.

-Entonces exagera tu cojera, tartamudea deliberadamente, finge frecuentes enfermedades, deja que tu juicio parezca errático, bambolea la cabeza y tuércete las manos en todas las ocasiones públicas y semi públicas. Si pudieras entender tanto como yo entiendo, sabrías que ésa es tu única esperanza de seguridad y de gloria eventual.


Robert Graves, Yo, Claudio, 1934

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