Poet's Abbey (Blog de lecturas)


No me tapes el sol


La vida es una búsqueda incesante de sentido. ¿Cómo podemos lograr una vida lograda, una vida en plenitud? El hombre occidental parece haber olvidado aquello que andaba buscando, un sentido, un ideal en el horizonte. El profesor Eduardo Infante dice que el signo de nuestro tiempo es, precisamente, el de haber olvidado preguntarse por lo bueno para el hombre.

La muerte de la verdad y la banalización de la mentira conlleva una angustiosa sensación de pérdida de sentido. Es imposible transformar el mundo sin responder a la pregunta de la verdad que rige en nuestras vidas, sin un rumbo original. «Una vez borrado, todo se nos ha vuelto vacío, carente de valor, mientras experimentamos una angustiosa sensación de marchar errantes a través de una nada infinita», como dice Eduardo Infante en su defensa de un cinismo griego y auténtico.

El cínico es el semejante al perro, en su origen etimológico. "El cínico aprende del perro a no respetar más autoridad que la de la naturaleza." En el alemán moderno, el kynismus es la corriente filosófica antigua, y el zynismus es la actitud insensible, despiadada e inhumana.

Foucault impartió en 1984 en el Collège de France un curso titulado "El coraje de la verdad" sobre el cinismo. El pensador francés quería invitarnos a revitalizar la filosofía cínica para transformar el mundo, pues frente a la demagogia hay que apostar por la parresía, la virtud que consiste en hablar con franqueza, una actitud fundamental en el espíritu democrático.

A Antístenes sólo le interesan la virtud, la verdad y la libertad. Cualquiera puede ser feliz a pesar de las circunstancias. Para eso es fundamental dominar las pasiones y rechazar a los dioses que nacieron de la pueril imaginación de los hombres. Abrazó la pobreza e invitó a tomar una vida humilde y sencilla.

Diógenes de Sínope es el gran cínico. Llamaba al vientre "la Caribdis de la vida" en referencia al remolino marino que devoraba todo lo que se ponía a su alcance. Llamaba a la riqueza "el vómito de la fortuna" porque es imposible ser rico y virtuoso. Lo esencial es la virtud.

Crates de Tebas era el esposo de Hiparquia y un hombre muy querido por todos. Le llamaban el "Abrepuertas" porque casi todas las casas de Atenas le abrían las puertas. El mosaico del Duomo de Siena le representa tirando riquezas a la cabeza de la Fortuna, porque cuando conoció a Diógenes lo dejó todo, vendió sus posesiones y se hizo cínico.

Hiparquia de Maronea usó el principio cínico de retorno a la vida natural para cuestionar las normas de la sociedad patriarcal griega. Se enfrentó dialécticamente a Teodoro el Ateo, que se enfadó tanto que le quitó la ropa y ella ni se inmutó cuando se quedó desnuda. Era muy libre y le daba igual lo que pensaran los demás.


La actualidad de la filosofía cínica reside en el hecho de que floreció en una época muy parecida a la nuestra: de crisis, hastío y escepticismo. El cinismo fue la reacción sabia a la destrucción de un sueño: la polis.

Tanto el punk como el cínico no pretenden agradarnos, sino hacernos reaccionar.

¿De qué sirve la geometría cuando no se sabe cómo dejar de amargarse la existencia?

Eduardo Infante, No me tapes el sol, 2021

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