¿Nuestra perspectiva de la realidad influye o construye nuestra propia realidad, nuestra lectura del mundo? Es importante detenernos a reflexionar y meditar sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, para no convertirnos en víctimas de nuestras propias creencias y decisiones.
McEwan, el autor de Amsterdam y Máquinas como yo, nos presenta en su obra más celebrada, Expiación, una historia de amor imposible y expiación, que, como un juego de cajas chinas, al final es una novela de una novela.
La trama se enmarca en la Inglaterra de los años treinta, cuando la amenaza del nazismo se cernía sobre los cielos y las costas de Dover. En una familia muy rica de la aristocracia británica, una joven adolescente que quiere ser escritora, llamada Brionny, descubre una escena de amor pasional de su hermana mayor, Cecilia, y el apuesto Robbie, un chico de clase baja. Una serie de circunstancias lleva a Brionny a pensar lo peor, y sin querer, verá otra realidad que tendrá unas consecuencias fatales para los amantes.
A person is, among all else, a material thing, easily torn and not easily mended.
Ian McEwan, Expiación, 2001
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