Esta novela de la escritora Jung Chang se vendió como roscos. Narra la historia contemporánea de China a través del testimonio real de tres mujeres valientes: la abuela, la madre y la propia autora.
La abuela nació en la sociedad estratificada en clases. Vendaron sus pies a los dos años de edad para que no crecieran, por un ideal de belleza que llevaba siglos en práctica. Llegó a ser concubina de un general y sufrió múltiples violaciones. La ocupación nipona fue terrible para ella y para todos los chinos.
La madre vivió la guerra civil china como ayudante clandestina del partido comunista. Ya en el poder, arrestaron a su padre como sospechoso en la Revolución Cultural de 1965 del dictador megalómano Mao Zedong, tras el fracaso de El Gran Salto Adelante de 1958, que llevó a la hambruna, la miseria y la muerte a millones de personas. Los propios campesinos que producían los alimentos se morían de hambre.
La hija sufrió un adoctrinamiento ideológico en la escuela, en la "reforma del pensamiento a través del trabajo" del dictador Mao. En la escuela la obligaron a memorizar numerosos libros que ensalzaban la figura del dictador chino. El culto a su figura era propio de regimenes totalitarios, o en palabras de la autora que lo vivió, "la instauración del imperio de la ignorancia".
Con la muerte del dictador y la liberalización del régimen, Xiaoping abrió China al mundo, aunque se convirtió en el país más contaminante del planeta y mantuvo la dictadura del partido único.
Y la escritora se fue a estudiar a Inglaterra, dónde se quedó para siempre. En una ocasión, de hecho, Chang fue a España y se entrevistó con el comunista español Santiago Carrillo para ofrecerle su testimonio en un país comunista.
...las mujeres no debían protestar. De hecho, una mujer como es debido no debía tener siquiera puntos de vista propios; y si los tenía, desde luego no debía ser tan osada como para hablar de ellos.
"El sufrimiento hará de vosotros mejores comunistas." (1953-56)
Aquello (el arresto de escritores) señaló el comienzo del fin de la expresión individual en China. Cuando los comunistas llegaron al poder, todos los medios de comunicación pasaron a ser controlados por el Partido. A partir de entonces, el control se estableció aún con más fuerza sobre las mentes de toda la nación.
...los directores de las escuelas querían disfrutar del derecho a escoger a sus propios maestros en lugar de verse obligados a aceptar a aquellos que les eran asignados por las autoridades.
Jung Chang, Cisnes salvajes, 1991
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