Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Pensadores de la nueva izquierda


Este ensayo del filósofo británico Roger Scruton (que ha fallecido de cáncer este año) critica, con argumentos sólidos, los fundamentos ideológicos de la "nueva izquierda" en la sociedad occidental.

Uno de los temas que toca es la apropiación del lenguaje que comienza en la Revolución Francesa y llega a nuestros días. Es un tema clave en un mundo poco democrático, de nuevos inquisidores que censuran lo que no es políticamente correcto.

George Orwell acuñó el término "neolengua" en su descripción de un estado totalitario, en el que se transforma la realidad cambiando las palabras. El primer objetivo de toda revolución es el lenguaje, porque se trata de poner el "poder" donde estaba la "verdad".

Desde Gramsci, la revolución se lleva al ámbito de la cultura (en las universidades, cine, teatro, escuelas...) para luchar contra una hegemonía ideológica e imponer otra: "reescribir el currículum y hacer que en él se escucharan por fin las voces de los oprimidos, los excluidos y los marginados". El poder real consiste en que la clase dominante impone una "hegemonía cultural" a través de la educación, la religión (hoy diríamos "el Estado") y los medios de comunicación. Para que un proyecto ideológico triunfe es necesario que cuente con una amplia aceptación social por parte de todas las clases sociales. Así, lo que creemos "normal" se apodera de las mentes. Todo es política, según este planteamiento, y, por tanto, hay que introducirse en todas las instituciones educativas, religiosas y culturales. La educación es el mejor instrumento para colectivizar la sociedad y crear un hombre nuevo.

La Teoría Crítica define la cultura de masas occidental como una mercancía que tiene por fin "neutralizar el espíritu crítico e inducir una aceptación ilusoria de un mundo ilusorio". Es un producto ideológico que es parte de la falsa conciencia de la sociedad capitalista, que niega la "verdadera libertad". 

Sin embargo, Scruton dice que la nueva izquierda no propone una alternativa real, sino impone dogmáticamente una utopía que no existe y que ha fracasado (en pobreza material y falta de libertad) en todos los países comunistas.

Marx no puede ser comprendido ni discutido salvo por aquellos que han aceptado sus postulados principales, según el autor, como si el marxismo fuera una nueva religión dogmática. 

El intelectual urbano que hoy se arrodilla literalmente para denunciar el racismo o retuerce el lenguaje hasta el ridículo, se siente unido "solidariamente" con los oprimidos, en adoración a la ideología "sagrada" e incuestionable del marxismo. Es un esquema totalitario: o con nosotros o contra nosotros.



La neolengua irrumpe cuando se sustituye la finalidad principal del lenguaje, describir la realidad, por el objetivo opuesto de reafirmar nuestro poder sobre ella. 


¿Cómo puede el pensamiento transformarse, reflexionando únicamente sobre sus orígenes sociales? Si la falsa conciencia de la burguesía ha envenenado su filosofía, ¿qué ocurre con la filosofía que lo denuncia?


Una vez que consideran a alguien de derechas, se sitúa más allá de todo razonamiento: sus concepciones son irrelevantes, su reputación desacreditada y su presencia en el mundo, un error. No es contendiente con el que se puede discutir, sino una enfermedad que hay que erradicar. Esta ha sido mi propia experiencia...


...en las páginas de Adorno descubro que la auténtica alternativa al sistema capitalista es la utopía, me felicito por su honestidad porque es una forma de reconocer que no hay alternativa.


La neolengua de izquierdas es un arma poderosa, no sólo porque sirve para limpiar nuestro mundo social, sino porque describe la supuesta realidad que subyace bajo su atractiva y engañosa apariencia. 


Roger Scruton, Pensadores de la nueva izquierda, 1985

Comentarios

CK ha dicho que…
Interesantísimo. Me han dado muchas ganas de leerlo. Espero que estés bien, Breo. Un abrazo grande!