El reportero polaco Kapuscinski, prisionero de la frontera soviética, quería salir y ver mundo. Tuvo suerte. Su periódico le envió como corresponsal a la India. Antes de marchar, la redactora jefe le regaló un volumen de las Historias de Heródoto, que conservó en su largo viaje.El encuentro con el Otro, con el desconocido y extraño, es una experiencia universal de la raza humana desde siempre, es un "acontecimiento fundamental", en palabras de Emmanuel Lévinas; que luego define: "el hombre es un ser que habla".
Como sabía el reportero polaco, el padre de la Historia, Heródoto, mostraba que el bárbaro, el que balbucía cosas incomprensibles, el no griego, era alguien que debía ser conocido y comprendido. Porque el hombre necesita al Otro para conocerse a sí mismo. El Otro, en su humanidad, es un espejo en el que nos reflejamos.
La conciencia de la humanidad del Otro implica un acto de libertad para acogerle como quién es, para entablar un diálogo verdadero:
¡Detente! Junto a ti hay otro ser humano. Ve a su encuentro, pues en ese encuentro reside la mayor vivencia, la experiencia más importante. Mírale a la cara. Él te la ofrece, y al hacerle te transmite su ser. Más aún: te acerca a Dios. (p. 56)
Cuando recorremos el mundo, sentimos que ocurren cosas importantes, que estamos inmersos en algo de lo que somos parte y testigo a la vez, que tenemos una obligación que cumplir y una responsabilidad que asumir. (p. 35)
Ryszard Kapuscinski, Encuentro con el Otro, 2006
Como sabía el reportero polaco, el padre de la Historia, Heródoto, mostraba que el bárbaro, el que balbucía cosas incomprensibles, el no griego, era alguien que debía ser conocido y comprendido. Porque el hombre necesita al Otro para conocerse a sí mismo. El Otro, en su humanidad, es un espejo en el que nos reflejamos.
La conciencia de la humanidad del Otro implica un acto de libertad para acogerle como quién es, para entablar un diálogo verdadero:
¡Detente! Junto a ti hay otro ser humano. Ve a su encuentro, pues en ese encuentro reside la mayor vivencia, la experiencia más importante. Mírale a la cara. Él te la ofrece, y al hacerle te transmite su ser. Más aún: te acerca a Dios. (p. 56)
Cuando recorremos el mundo, sentimos que ocurren cosas importantes, que estamos inmersos en algo de lo que somos parte y testigo a la vez, que tenemos una obligación que cumplir y una responsabilidad que asumir. (p. 35)
Ryszard Kapuscinski, Encuentro con el Otro, 2006
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