Cuando el maestro está dispuesto a dar la vida, los otros perciben que ese amor es auténtico, que no se trata tan sólo de palabras.
El Padre Ibrahim Alsabagh, fraile franciscano, dejó el doctorado que iba a empezar en Roma para volver a Alepo y ayudar a sus amigos.
Allí ya no escribió una tesis doctoral, sino unas crónicas de guerra que retratan un testimonio esperanzador del conflicto de Siria durante dos años.
Caen bombas, misiles y bombonas de gas sobre los techos y las cúpulas, se derrumban paredes y explotan ventanas, mueren niños inocentes, pero el fraile y sus amigos encuentran una esperanza y un sentido en unas circunstancias en las que el mal no tiene la última palabra.
Nos mandan a la muerte y nosotros les devolvemos la vida. Nos lanzan al odio y nosotros ofrecemos a cambio el amor a través de esa caridad que se manifiesta en el perdón y en la oración por su conversión.
Cuando discutimos, partimos del concepto de Estado laico y, lentamente, construimos a partir de ahí una sociedad en la que cada uno tiene derecho a ser él mismo. Nuestra fuerza consiste en el diálogo: tenemos claros los principios de bien común y de solidaridad, además de una doctrina social que se basa en el respeto de cualquier identidad.
Padre Ibrahim, Un instante antes del alba, 2017
⭐⭐⭐✩✩
El Padre Ibrahim Alsabagh, fraile franciscano, dejó el doctorado que iba a empezar en Roma para volver a Alepo y ayudar a sus amigos.
Allí ya no escribió una tesis doctoral, sino unas crónicas de guerra que retratan un testimonio esperanzador del conflicto de Siria durante dos años.
Caen bombas, misiles y bombonas de gas sobre los techos y las cúpulas, se derrumban paredes y explotan ventanas, mueren niños inocentes, pero el fraile y sus amigos encuentran una esperanza y un sentido en unas circunstancias en las que el mal no tiene la última palabra.
Nos mandan a la muerte y nosotros les devolvemos la vida. Nos lanzan al odio y nosotros ofrecemos a cambio el amor a través de esa caridad que se manifiesta en el perdón y en la oración por su conversión.
Cuando discutimos, partimos del concepto de Estado laico y, lentamente, construimos a partir de ahí una sociedad en la que cada uno tiene derecho a ser él mismo. Nuestra fuerza consiste en el diálogo: tenemos claros los principios de bien común y de solidaridad, además de una doctrina social que se basa en el respeto de cualquier identidad.
Padre Ibrahim, Un instante antes del alba, 2017
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