Trabajar codo con codo y compartir el desarrollo político hacia la utopía con las personas oprimidas es una manera de construir un mundo más justo y más libre.
Pero eso resulta difícil de comprender y de llevar a la práctica para el pequeño burgués, se declare marxista o no.
Esta novela de Nadine Gordimer, Premio Nobel en 1991, es quizá la más conocida de esta autora sudafricana. Incluso el propio Mandela admiraba su prosa comprometida y limpia.
Vi a los marxistas blancos trabajar codo con codo con los negros en una igualdad que significaba aceptar las tareas más despreciables -tareas que significaban pérdidas de ingresos y de prestigio social, riesgo de arresto y encarcelamiento- además de compartir el desarrollo político y su dirección.
Nadine Gordimer, La hija de Burger, 1979
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