Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Jane Eyre

Esta novela romántica de la genial autora inglesa Charlotte Brontë se publicó bajo el seudónimo de Currer Bell (para evitar los prejuicios de género que enfrentaban las escritoras en la época victoriana y para que su obra fuera tomada en serio), y fue un gran éxito de ventas.

Cuenta la historia de Jane Eyre, una pobre huérfana de diez años que vive en Gateshead con su tía Mrs Reed y sus tres primos, que la tratan mal. Ella tiene un sentimiento de inferioridad. Un día, se esconde en un rincón de la casa para leer, y su primo John, un abusón de catorce años, le molesta y se pelean. Y ella acaba castigada en la habitación roja, donde murió su tío (el hermano de su madre). Jane tiene un ataque de pánico, pero nadie le hace caso.

Luego la llevan al internado Lowood. Y más tarde, acaba como institutriz en una gran casa de campo, en Thornfield, donde se enamora del amo, el señor Edward Rochester, que esconde un tenebroso secreto en el ático.

Jane es una joven inteligente y fuerte, que se caracteriza por su integridad, independencia y deseo de encontrar su lugar en el mundo. A medida que crece, Ella lucha contra las normas sociales de la época victoriana, especialmente en lo que respecta al papel de la mujer y la importancia de la autonomía personal.

El ambiente de la novela es de misterio, con escenarios que van desde sombríos internados hasta inquietantes mansiones. La prosa de Brontë es rica y evocadora, creando una atmósfera envolvente que mantiene la atención del lector en todo momento.

En resumen, Jane Eyre es una historia de superación, amor propio y la lucha por la libertad emocional e intelectual. Su protagonista es uno de los personajes femeninos más fuertes y memorables de la literatura, lo que convierte a la novela en una lectura inspiradora y atemporal.

Los sentimientos sinceros, humanos, de la joven Jane chocan con las normas morales que rigen la sociedad, como olas contra la roca del acantilado que es ese abismo del amor romántico.



¿Crees que porque soy pobre, poco conocida, poco atractiva y pequeña, no tengo alma y no tengo corazón? ¡Piensas mal! ¡Tengo tanta ama como tú! Si Dios me hubiera dotado de algo de belleza y mucha riqueza habría sido tan difícil para ti dejarme, como lo es ahora para mí el dejarte. No estoy hablando contigo ahora por medio de la costumbre, convencionalismos, ni siquiera de la carne mortal. Es mi espíritu que se ocupa de tu espíritu, como si ambos hubieran pasado por la tumba, y se situaran a los pies de Dios, iguales, como somos.


Charlotte Brontë, Jane Eyre, 1847



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