Hace unos años, cuando estudiaba Humanidades en Barcelona, vivía en la misma casa con un joven poeta peruano llamado Juan Francisco Dávila. Recuerdo esas noches en las que, envueltos en humo de pipa y en aromas de licor, nos juntábamos con otros amigos a leer poesía y comentar libros que habíamos leído. Juanfri estudiaba Economía, pero siempre decía que se dedicaría en cuerpo y alma a la Literatura. Hoy, después de tanto tiempo, me ha llegado desde Perú la alegría de un paquete. Lo he abierto entusiasmado al leer que el remitente era mi amigo poeta. El Doctor en Ciencias de la Gestión y MBA por el IESE había cumplido su promesa de juventud: renunciar al mundo de las empresas para seguir su vocación de poeta y de profesor de Literatura en la Universidad de Piura. Dentro del paquete había una breve carta y el regalo de su primer libro de poesía, Sirenas del arenal. Aquí os dejo uno de sus sonetos religiosos:
Al llegar ante el pórtico del Cielo
vio un hombre el camino de su vida
y había, en la senda recorrida,
dos pares de pisadas en el suelo.
"¿Quién iba junto a mí con tanto celo?"
dijo a Dios con mirada sorprendida.
"Yo era quien junto a ti, la mano asida,
marchaba en la alegría y en el duelo."
Mas luego, cuando el hombre más sufría,
tan solo un par de huellas se marcaba.
"¿Me dejaste, Señor, en la agonía
cuando mi alma tu amor más anhelaba?"
"No es así -dijo Dios-, es que aquel día
era Yo quien en brazos te llevaba."
Juan Francisco Dávila, Sirenas del arenal, soneto El pórtico del cielo, 2018
Comentarios