Las novelas policiales clásicas, con enigma, como los grandes clásicos de la literatura, son las únicas que se prestan a leerlas dos veces. En este caso, la autora son ambas cosas.
El majestuoso tren Orient Express recorre las montañas nevadas de Europa, de Estambul a París. Por la noche, un asesino apuñala sin piedad, varias veces, a un anciano norteamericano en su litera, mientras una tormenta de nieve obliga al tren a detenerse en medio de la nada. Los sospechosos tienen diferentes nacionalidades y provienen de distintas clases sociales, desde condesas hasta niñeras. ¿Quién ha podido cometer ese crimen?
Lo imposible no puede haber sucedido; por tanto, lo imposible tiene que ser posible, a pesar de las apariencias.
Agatha Christie, Murder on the Orient Express, 1933
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