Las aventuras del capitán Alatriste, que me acompañaron en mis tardes de adolescente, han vuelto a entretenerme estos días y estas noches de hospital. He vuelto a viajar, gracias a las hazañas del capitán, a la Europa del siglo XVII, que temblaba al paso de los tercios viejos, en una época donde el honor, la lealtad y la espada vibran en cada calle, en cada plaza, en cada taberna.Esta saga no sólo es un conjunto de libros históricos de aventuras, sino también una reflexión sobre la moralidad, la lealtad y la fragilidad de los lazos humanos en un mundo en constante cambio, en la España del Siglo de Oro a través de los ojos y la espada de un carismático protagonista.
En la primera entrega, El capitán Alatriste (1996), se nos presenta el capitán Diego Alatriste, un espadachín mercenario en el Madrid del Siglo de Oro, que se ve envuelto en una trama de conspiraciones y asesinatos mientras lucha por sobrevivir en un mundo de intrigas y corrupción.
En la segunda entrega, Limpieza de sangre (1997), Alatriste es contratado por un noble poderoso para realizar un trabajo sucio. A medida que desenredan los hilos de la traición y el engaño, se enfrenta a un duelo mortal en la Conspiración de Venecia.
En El sol de Breda (1998), el capitán Alatriste va a Flandes para luchar en la Guerra de los Treinta Años. En medio de la brutalidad de la guerra, se enfrenta a enemigos tanto en el campo de batalla como en la corte, mientras lucha por sobrevivir y proteger al joven Íñigo Balboa.
En la cuarta entrega, El oro del rey (2000), Alatriste e Íñigo son reclutados para robar un cargamento de oro. Sin embargo, esta misión se convierte en una lucha por la supervivencia cuando el oro es robado por otros y deben recuperarlo antes de que caiga en manos equivocadas.
La quinta entrega es El caballero del jubón amarillo (2003), en la que Alatriste es llamado a un duelo por Malatesta, en una batalla de espadas en un rincón oscuro de Madrid. Mientras investiga las razones detrás del duelo, se encuentra con conspiraciones más grandes que amenazan la vida de su protegido Íñigo.
En el siguiente libro, Corsarios de Levante (2006), Alatriste e Íñigo se embarcan en una aventura en el mar Mediterráneo, enfrentándose a piratas berberiscos y batallas navales, desde la costa española hasta el Imperio Otomano.
El séptimo libro es El puente de los asesinos (2011), en el que Alatriste regresa a Madrid y se encuentra enredado en una trama de asesinato y traición que involucra a personajes de la corte.
En el último libro de la saga, El día de la siega (2013), Alatriste e Íñigo participan en la Batalla de Rocroi en 1643. La historia culmina con una reflexión sobre la vida y el tiempo histórico.
Cada libro de la saga ofrece una mezcla de acción, intriga histórica y personajes inolvidables en el contexto del Siglo de Oro español.
Todavía éramos algo, y aun lo seguimos siendo cierto tiempo, hasta quedar exangües del último soldado y el último maravedí. Holanda nos odiaba, Inglaterra nos temía, el turco se andaba con pies de plomo, la Francia de Richelieu rechinaba los dientes, el santo Padre recibía con mucho tiento a nuestros graves embajadores vestidos de negro, y toda Europa temblaba al paso de los viejos tercios -que aún eran la mejor infantería del mundo-, como si las cajas de sus tambores redoblara el mismo diablo. Y yo, que viví tales años y los que vinieron después, juro vuestras mercedes que en aquel siglo éramos todavía lo que nadie fue jamás. Y cuando por fin se puso el sol que había alumbrado Tenochtitlán, Pavía, San Quintín, Lepanto y Breda, el ocaso se tiñó de rojo con nuestra sangre, pero también con la de nuestros enemigos; como el día, en Rocroi, que dejé en un francés la daga del capitán Alatriste.
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre (segunda entrega de El capitán Alatriste), 1997
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