Máximo Manso es un profesor de ese Madrid garbancero del siglo XIX. Él mira a las personas que le rodean, desde su propio hermano hasta su alumno Manolito Peña, con "el mismo desdén con que el hombre maduro ve los juguetes que le entretuvieron cuando era niño".
Quiero subrayar que, al principio de esta "novela pedagógica", el autor reconoce que el verdadero maestro es el que, de verdad, es exigente y a la vez se hace querer por sus alumnos. El equilibrio entre el esfuerzo y el cariño es esencial para poder desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo y aprender los contenidos fundamentales para saber leer y actuar en el mundo.
...pues no es verdadero maestro el que no se hace querer de sus alumnos ni hay enseñanza posible sin la bendita amistad, que es el mejor conductor de ideas entre hombre y hombre.
Benito Pérez Galdós, El amigo manso, 1882
Quiero subrayar que, al principio de esta "novela pedagógica", el autor reconoce que el verdadero maestro es el que, de verdad, es exigente y a la vez se hace querer por sus alumnos. El equilibrio entre el esfuerzo y el cariño es esencial para poder desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo y aprender los contenidos fundamentales para saber leer y actuar en el mundo.
...pues no es verdadero maestro el que no se hace querer de sus alumnos ni hay enseñanza posible sin la bendita amistad, que es el mejor conductor de ideas entre hombre y hombre.
Benito Pérez Galdós, El amigo manso, 1882
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