Vienen pastores humildes y magos de tierras muy lejanas a adorar el Misterio de un Dios que, por su infinita Misericordia, se hace Hombre vulnerable y frágil como nosotros.
En este tiempo de contemplación del Misterio, de real admiración por la Belleza, os quiero regalar este lienzo impresionante de El Greco, acompañado de los versos de mi poeta preferido del Siglo de Oro, que descubre en las pajas del pesebre el sentido de un Amor correspondido, gratuito e incondicional, que es alegría y sufrimiento:
Las pajas del pesebre,
Niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso Niño mío,
y de calor también.
Dormid, Cordero santo,
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.
Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis, hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.
Que aunque tan grandes deudas
en paja las cobréis, hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lope de Vega (1562-1635)
Pintura: El Greco, Adoración de los pastores (1614)
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