Esta novela epistolar del escritor suizo-francés Benjamin Constant fue publicada en 1816. Narra la historia de Adolphe, un joven aristócrata que escribe a su amigo cartas íntimas sobre el deseo que siente hacia una mujer mayor que él, la bella e infeliz Elléanore, una polaca que vive con otro hombre.
Adolphe narra las complejidades de sus emociones y dilemas mientras lidia con el amor apasionado y las contradicciones entre el deseo y la responsabilidad.
La seducción se convierte en un baile en el que los amantes desean una felicidad que el otro no puede ofrecer.
Huyen de la realidad y se van a vivir a Polonia. Pero el indomable espíritu de independencia y libertad del chico se ahoga en el dilema de su futuro profesional y la responsabilidad de cuidar a la mujer a la que le ha prometido amor eterno. Una carta, al final, decidirá el destino de los infelices.
A través de esta obra epistolar, Benjamin Constant explora temas como el amor, la autenticidad y la complejidad de las relaciones humanas. Adolphe es considerada una de las grandes novelas del romanticismo y ha sido elogiada por su descripción de los sentimientos y los conflictos emocionales del protagonista.
¡Ay del hombre que, en los primeros momentos de una relación amorosa, no crea que esta relación deba ser eterna! ¡Ay de aquel que, en brazos de su amante que acaba de conquistar, conserve una funesta presciencia, y prevea que la podrá apartar! (p. 84)
No me sorprende que el hombre necesite una religión; lo que me extraña, es que a veces se crea lo sucifientemente fuerte y al amparo de la desgracia como para atreverse a rechazar una: debería, me parece, tener tendencia, en su debilidad, a invocarlas todas; en la noche espesa que nos rodea, ¿hay acaso un resplandor que podamos rechazar? En medio del torrente que nos arrastra, ¿hay acaso una rama a la que nos atrevamos a negar que nos retenga? (p. 142)
Las circunstancias son muy poca cosa, el carácter lo es todo; en vano rompemos con los objetos y con los seres exteriores; no sabríamos romper con nosotros mismos. Cambiamos de situación, pero transportamos en cada una el tormento del que esperábamos librarnos, y no nos corregimos desplazándonos, sólo nos encontramos con que hemos añadido tormentos a los arrepentimientos y culpas a los sufrimientos. (p. 149)
Benjamin Constant, Adolphe, 1816
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