Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Sapiens. Una breve historia de la humanidad


Un grupo de profesores de ciencias sociales nos preguntamos qué nos hace humanos, si somos algo más que polvo de estrellas.

Harari nos advierte de la importancia de cuestionar todos los mitos, las creencias y los relatos que construyen nuestro pensamiento. Para el autor israelí, por ejemplo, las pirámides del siglo XXI pueden ser un chalet de una zona residencial con piscina o un ático con vistas de ensueño. 

El problema es no darse cuenta de las cadenas de los oprimidos en un mundo de nuevos doctores Frankenstein que juegan a ser dioses.


¿Cuál fue el secreto del éxito de los sapiens? ¿Cómo conseguimos establecernos tan rápidamente en tantos hábitats tan distantes y ecológicamente tan diferentes? ¿Qué hicimos para empujar a las demás especies humanas a caer en el olvido? ¿Por qué ni siquiera los neandertales, con un cerebro grande, fuertes y a prueba de frío, sobrevivieron a nuestra embestida? El debate continúa abierto. La respuesta más probable es lo mismo que hace posible el debate: el Homo sapiens conquistó el mundo gracias, por encima de todo, a su lenguaje único.


Así pues, ¿de qué sirve estudiar la historia? A diferencia de la física o la economía, la historia no es un medio para realizar predicciones precisas. Estudiamos historia no para saber el futuro, sino para ensanchar nuestros horizontes, para entender que nuestra situación actual no es natural ni inevitable y que, por tanto, ante nosotros tenemos muchas más posibilidades de las que nos imaginamos. Por ejemplo, estudiar cómo los europeos llegaron a someter a los africanos nos permite darnos cuenta de que no hay nada natural o inevitable en la jerarquía racial, y que el mundo habría podido organizarse perfectamente de otra manera.


Hemos pasado de las canoas a las galeras, de los barcos de vapor a los transbordadores espaciales, pero nadie sabe hacia dónde vamos. Somos más poderosos que nunca, pero no tenemos ni idea de qué debemos hacer con todo ese poder. Peor aún: parece que los humanos somos más irresponsables que nunca. Somos dioses hechos a sí mismos que, con la única compañía de las leyes de la física, no debemos rendir cuentas a nadie. En consecuencia, hacemos estragos en la vida de nuestros compañeros de viaje, los animales, y en el ecosistema que nos rodea, y perseguimos poco sacado de nuestra diversión y nuestro confort, sin llegar nunca a sentirnos satisfechos. ¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?


Yuval Noah Harari, Sapiens. Una breve historia de la humanidad, 2012


 

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