Poet's Abbey (Blog de lecturas)


El diario de Ana Frank

Llegué a Ámsterdam con el diario de Ana Frank bajo el brazo, después de una relectura pausada y tranquila. La hermosa ciudad holandesa perdía luminosidad con los retazos de sol de la memoria de la familia de Ana.

Ana era una jovencísima adolescente cuando los nazis la encontraron escondida en "la casa de atrás", en un recinto diminuto en el número 263 de la Prinsengrachtse. 

Ella escogió dar sus instantes al amor, aún rodeada del mismo infierno, pues "el que es feliz hace feliz a los demás, el que tiene valor y fe nunca estará sumido en la desgracia".



No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda.

Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión. Veo como el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y, sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esa crueldad también se acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial.

Esta mañana, cuando estaba asomada a la ventana, mirando hacia fuera, mirando en realidad fija y profundamente a Dios y a la naturaleza, me sentí dichosa, únicamente dichosa [...]. Mientras uno siga teniendo esa dicha interior, esa dicha por la naturaleza, por la salud y por tantas otras cosas; mientras uno lleve ese dentro, siempre volverá a ser feliz.

Ana Frank, Diario, 1942


Comentarios

Juan Ares ha dicho que…
El final me dio una pena tremenda. Pero cuando digo final me refiero a que, hasta la última página estuve viviendo las dificultades y los miedos de esas dos familias a través del encanto de la protagonista. Tiene esperanzas, ilusiones... Giras la última página y ya no hay nada. Un diario interrumpido y una nota, ya escrita por otro, explicando el crudo desenlace de esta pequeña escritora.
Sinceramente me dolió. Le había cogido cariño.