Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Elogio del ebook

Cuando me llamó mi editor para proponerme una segunda edición de mi libro, en papel y en formato digital, me empezó a picar la curiosidad hacia este fenómeno moderno del ebook. Ignoro si ya es popular en España, pero en América todo el mundo lo usa. Vayas donde vayas, encuentras a gente con su libro electrónico bajándose a un precio muy económico obras por Internet, en las mismas librerías y bibliotecas públicas.

Al principio me mostré un tanto reacio ante el ebook. No me gustaba pensar que algun día me despediría del placer de pasar las páginas, del olor de una encuadernación cuidada, del privilegio de subrayar los fragmentos que me entusiasmaban. Un romanticismo exaltado me impedía ir a la tienda y comprarme uno o pedirlo prestado a un amigo y probarlo. Yo era de los que disfrutaba con mi punto de libro. Y si la novela o el ensayo que estaba leyendo era de la biblioteca, no me importaba su color amarillento y sus páginas gastadas e incluso mordidas. Porque esos libros estaban vivos, con su dueño y su firma, sus rayados y sus golpes. Estaba románticamente convencido de que en esos libros había magía.

Pero al llegar al otro continente, ansioso de nuevas experiencias, me aventuré a probar la lectura moderna de un libro electrónico. Y me gustó. Entendí que el libro digital estaba tan vivo como el de papel. Que no es el material de que esta hecho lo que le da vida, sino las palabras.

El alma de todo libro se encuentra en las palabras.

Como curiosidad, el último libro que me leí en papel fue Niebla. Y el primero que me he leído con mi ebook es Abel Sanchez. Dos grandes obras del escritor español más grande de la primera mitad del siglo XX. Ya perdonaréis mi osadia, pero creo que si Unamuno hubiera vivido en el siglo XXI escribiria en un blog y leería con un ebook.


El amor precede al conocimiento, y este mata a aquel. Nihil volitum quin praecognitum, me enseñó el padre Zaramillo, pero yo he llegado a la conclusión contraria y es que nihil cognitum quin praevolitum. Conocer es perdonar, dicen. No, perdonar es conocer. Primero el amor, el conocimiento después. Pero ¿cómo no vi que me daba mate al descubierto? Y para amar algo, ¿qué basta? ¡Vislumbrarlo! El vislumbre; he aquí la intuición amorosa, el vislumbre en la niebla. Luego viene el precisarse, la visión perfecta, el resolverse la niebla en gotas de agua o en granizo, o en nieve, o en piedra. La ciencia es una pedrea. ¡No, no, niebla, niebla! ¡Quién fuera águila para pasearse por los senos de las nubes! Y ver al sol a través de ellas, como lumbre nebulosa también.

Miguel de Unamuno, Niebla (1914)

Comentarios

Tous ha dicho que…
Hay que aceptar que la tecnología debía tener cosas buenas al final. Aunque como dice el gran Grossman:"la ciencia es un engaño que enmascara la locura y crueldad de la vida", pero se ve que llevada a buen puerto ayuda al hombre a llegar alto, no?.
Todavía soy de los que no dan el salto al ebook, entre otras por el precio. Me gusta leer un libro usado, y si tiene algún comentario a lápiz en uno de los márgenes de una página mejor. Pero como tú dices "es el autor el que da el alma al libro". Espero que las páginas que te quedan por delante nos ayuden a todos en esta odisea. Mantén el rumbo. Un abrazo desde Levante.
Juan Ares ha dicho que…
Ufff! Mira que me gusta la tecnología pero lo de pasarme al ebook... Creo que lo haría si no tuviese bibliotecas a mi alrededor. Por cierto, aprovecho para mostrar mi satisfacción y amor por las bibliotecas de Barcelona. El ebook no me da ese placer de entrar en un lugar repleto de libros y sentir como derrepente es el propio libro el que te llama y te seduce para que lo cojas, mires el autor, la contraportada... Si algún día me toca irme a una isla desierta, entonces sí, cargaré a tope el ebook y, a leer.