Hace unos años, tomándome una fría Tiskie en el barrio de Podgórze, a orillas del Vístula, en Cracovia, un compañero me recomendó dos libros de memorias para hacer una segunda edición de Estos días azules. El primero es Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, que tengo apilado en el suelo de mi habitación desde hace meses. El segundo lo acabé ayer, el primer volumen de Memorias de ultratumba de Chateaubriand, que dulcemente me ha robado varias horas de sueño.
“Una cosa me humilla: la memoria es a menudo un rasgo distintivo de la necedad; es propia generalmente de los espíritus lerdos, a los que vuelve más pesados aún por bagaje que los sobrecarga. Y ello no obstante, ¿qué seríamos sin la memoria? Olvidaríamos nuestras amistades, nuestros amores, nuestros placeres, nuestras ocupaciones; el genio no podría reunir sus ideas; el corazón más afectuoso perdería su ternura si dejara de recordar; nuestra existencia se vería reducida a los momentos sucesivos de un presente que discurre sin cesar; no habría ya pasado. ¡Oh, miserables de nosotros! Tan vana es nuestra vida que no es más que un reflejo de nuestra memoria.” (pp. 67-68)
“Las matemáticas, el griego y el latín ocuparon todo mi invierno en el colegio. El tiempo que no estaba consagrado al estudio se dedicaba a esos juegos del comienzo de la vida, que son parecidos en todas partes. El niño inglés, el niño alemán, el niño italiano, el niño español, el niño iroqués, el niño beduino hacen rodar el aro y lanzan la pelota. Hermanos de una gran familia, los niños no pierden sus rasgos de semejanza sino al perder la inocencia, la misma en todas partes. Entonces las pasiones modificadas por los climas, los gobiernos y las costumbres hacen a las naciones distintas; el género humano deja de comprenderse y de hablar el mismo lenguaje; es la sociedad la que es la verdadera torre de Babel.” (p.84)
“Unos amigos nos dejan, otros los suceden; nuestras relaciones varían: siempre hay un tiempo en el que no poseíamos nada de lo que poseemos, un tiempo en el que no tenemos nada de lo que tuvimos. El hombre no tiene una sola y única vida; tiene varias puestas una tras otra, y ésta es su miseria.” (p.135).
Chateaubriand, Memorias de ultratumba, 1848.
“Una cosa me humilla: la memoria es a menudo un rasgo distintivo de la necedad; es propia generalmente de los espíritus lerdos, a los que vuelve más pesados aún por bagaje que los sobrecarga. Y ello no obstante, ¿qué seríamos sin la memoria? Olvidaríamos nuestras amistades, nuestros amores, nuestros placeres, nuestras ocupaciones; el genio no podría reunir sus ideas; el corazón más afectuoso perdería su ternura si dejara de recordar; nuestra existencia se vería reducida a los momentos sucesivos de un presente que discurre sin cesar; no habría ya pasado. ¡Oh, miserables de nosotros! Tan vana es nuestra vida que no es más que un reflejo de nuestra memoria.” (pp. 67-68)
“Las matemáticas, el griego y el latín ocuparon todo mi invierno en el colegio. El tiempo que no estaba consagrado al estudio se dedicaba a esos juegos del comienzo de la vida, que son parecidos en todas partes. El niño inglés, el niño alemán, el niño italiano, el niño español, el niño iroqués, el niño beduino hacen rodar el aro y lanzan la pelota. Hermanos de una gran familia, los niños no pierden sus rasgos de semejanza sino al perder la inocencia, la misma en todas partes. Entonces las pasiones modificadas por los climas, los gobiernos y las costumbres hacen a las naciones distintas; el género humano deja de comprenderse y de hablar el mismo lenguaje; es la sociedad la que es la verdadera torre de Babel.” (p.84)
“Unos amigos nos dejan, otros los suceden; nuestras relaciones varían: siempre hay un tiempo en el que no poseíamos nada de lo que poseemos, un tiempo en el que no tenemos nada de lo que tuvimos. El hombre no tiene una sola y única vida; tiene varias puestas una tras otra, y ésta es su miseria.” (p.135).
Chateaubriand, Memorias de ultratumba, 1848.
Comentarios
Me gustan los fragmentos de Chateaubriand que has elegido, pueden ser una invitación a la lectura de un autor que se lee, por desgracia, poco y que en mi opinión no se valora como se merece.
Como ya te comenté, yo llegué a Chateaubriand vía Josep Pla. El mayor prosista catalán de nuestra época era un fino lector, gran lector como cualquier escritor que se precie. Nos relata en su obra completa, obra de memorias, que pasó largos años de lectura-escritura entre silencios de medianoche a amanecer. Fue un fabuloso lector. Stendhal, Chateaubriand, Leopardi, Chéjov, Pirandello, Baroja... y muchos, muchos, más, pero éstos sobre todo. Los admiraba profundamente. Y su adorado Montaigne.
Pla era materialista -lírico- tan materialista como lírico y pesimista vital, Pla se abstiene. Su lucha, a veces también heroica, se redujo a la escritura y difusión de la literatura en catalán en épocas muy grises. Chateaubriand es todo lo contrario, antitético, es idealista, cristiano, y lucha por transformar la sociedad de su época. Llegó a ser ministro de exteriores de la Francia post-napoleónica, tuvo un papel clave en el envío de los cien mil hijos de San Luis que aplastaron la España liberal de Riego. Sin embargo, los libros más "políticos" de Chateaubriand, 2º y 3r volúmenes de las Memorias no llegan a la exquisitez del primero.
El cuarto es digno de los mayores elogios.
A personajes tan dispares les une
la obsesión del tiempo, del tiempo que corrompe y destruye todo. El paso del tiempo, la conciencia de la acción del tiempo es la verdadera espina dorsal de las dos obras. De ahí la cita de "ultratumba". De ahí la admiración planiana.
A Pla le gustaba navegar, sin contar singladuras cortas ocasionales y muy frecuentes, al menos pasó dos años embarcado de pasajero en mercantes, haciendo lo que sabía hacer, o sea, escribir. Los marinos sabemos, hay que vivirlo, que en un viaje largo sin avistar tierra, rodeado de azul, del mismo azul todos los días, nace en tu interior una especie de monotonía digna de realismo mágico, que te hace sentir, -para Pla el hombre es un animal sensual-, que vives siempre en el mismo día, que el tiempo se para. ¡El tiempo que se para!
Cambiando de registro. Este mes estuve una semana en Madriz, pasajero diario del metro. Cada vagón está amenizado, lo desconocía, con un póster "ningún día sin libros" y se puede leer un fragmento literario de obras conocidas, básicas del repertorio. Fragmentos de Campos de Castilla, de Platero y yo, de Últimas tardes con Teresa, -fragmento de entrada en escena del Pijoaparte, grandísimo libro de Marsé-, la tía Tula , Chacel y etc, etc, etc,. Confieso, ya perdido todo el sentido del ridículo, que en las estaciones de un viaje de Chamartín a Alonso Martínez cambié seis veces de vagón -no tenían acceso entre ellos- a ver lo que me deparaba la suerte. Y encontré un poema de Margarit, ¡en catalán! con sus correspondientes subtítulos.
A ver si los de Barcelona tendrían lo que hay que tener para colgarnos a un Delibes en el metro.... y no sé si sera por la campaña pro libros pero en el metro de Madrid se lee mucho más que en el de Bcn, pero muchísimo más, desde el inevitable Stieg Larsson hasta el fino Libro del desasosiego de Pessoa, que también recomiendo encarecidamente a la concurrencia forera. Los viajes en metro, como ves, se me hacían amenos. Localizar un lector, observarlo, profetizar si lee grano o paja, acercarme con disimulo y comprobar que casi siempre acierto es otra de mis muchas, ridículas, manías. Pero a veces me pillan la maniobra, y hay que ponerse a silbar o ponerse a ligar si es tía,va sola y lee paja.
Un saludo.
y un voto para mis diez autores a
Ricardo Reis
Álvaro de Campos
Alberto Caeiro.
grandes, grandes.
PD. En vez de la giliencuesta del Franco ese nos podrías colgar una encuesta de nuestros diez autores o algo asín.
Prefiero recordarle en aquellas noches surrealistas, volviendo de discotecas poligoneras en el maletero de un Opel Vectra.
Desde el cariño, Runner
la obra maestra de Pla es el Quadern gris. Para degustar las relecturas. Si coges el Quadern procura la versión con el prólogo-estudio de (su amigo) Fuster, es un pequeño ensayo, a veces humilde, pero que va "al moll de l'os" de la literatura planiana y del personaje.
A partir de ahí,
"Aigua de mar", relación de juventud con su mar y su costa. Varias partes, varias historias. La crónica correspondiente al viaje con l'Hermós -personaje (real) pero de proporciones míticas! (ya me contarás) en un velero, de Calella de Palafrugell a Port-Vendres, en mi opinión, puede ser lo más grande que haya escrito. Asombrosa simplicidad....
"Notes disperses y Notes per a Sílvia".
La continuación natural del Quadern gris. Memorialístico, viajes, politíca -poca-, paisajes, personas, vidas, literatura, .....incisivo, culto, escéptico.
(Notes del capvesprol cierra la serie pero es muy inferior, la edad... no perdona)
"La vida amarga"
Libro de narraciones cortas. De lo poco de ficción que escribe. Muy bueno.... a la manera de Chéjov.
"Les hores"
El libro del tiempo. Narración lírica "rural" del paso de un año. Uno de mis favoritos. Leyendo en horizontal es el más costumbrista. Leyendo en diagonal, probablemente, el más ideológico... (esto es muy meditado pero muy subjetivo). No todos los capítulos están al mismo nivel, pero hay unos cuantos, muchos, donde no se puede escribir mejor.
"Homenots". (Cualquier serie, hay tres).
Libros de retratos (físicos, vitales, ideológicos) largos, de personajes más o menos notables en su época. Yo nunca he leído mejores retratos. Como escritor que eres es casi obligado catarlos. También tiene "Retrats de passaport", libro de retratos cortos que también recomiendo, y más, a un escritor.
y Cròniques parlamentàries (3 volúmenes de 1929-1936), como te interesa el tema..... tenemos a un correponsal político de la Veu de Catalunya (periódico de la Lliga) en Madrid en una época turbulenta y apasionante. Testigo de excepción y cronista de excepción, lúcido. (mmmmmmmm algo tendecionso pero de lo menos tendencioso de la época). Anécdota, (las Crónicas fueron regalo de Navidad de Piqué a sus diputados del Parlament hace unos añitos).
Cartas de lejos no es comparable con los que te he citado. Se puede definir como una recopilación de páginas "paisajísticas" del tipo que "surgen en cualquier momento" en los libros de memorias. Los libros de memorias incluyen la aportación de las Cartas. Al revés no. Ahora bien, hay Cartas que son muy jugosas, especialmente las "Cartes de més lluny" -crónica lírica- del norte de Europa.
Hala, ya te he dado unas cuantas pistas.... que a lo mejor no te sirven porque creo que no es escritor que cuadre demasiado con tu sensibilidad!!
Ya me contarás.